miércoles, 5 de octubre de 2011

"SALVAR AL HOMBRE"

Hay que salvar al rico,/ hay que salvarlo de la dictadura de su riqueza, /porque debajo de su riqueza hay un hombre/ que tiene que entrar en el reino de los cielos,/ en el reino de los héroes./ Pero también hay que salvar al pobre/ porque debajo de la tiranía de su pobreza hay otro/ hombre que ha nacido para ser héroe también.// Hay que salvar al rico y al pobre.../ Hay que matar al rico y al pobre, para que nazca el Hombre./ El hombre, el Hombre es lo que importa./ Ni el rico, / ni el pobre importan nada.../ Ni el proletario,/ ni el diplomático,/ ni el industrial,/ ni el arzobispo,/ ni el comerciante,/
ni el soldado,/ ni el artista,/ ni el poeta en su sentido ordinario y doméstico importan nada.// Nuestro oficio no es nuestro Destino./ No hay otro oficio ni empleo que aquél/ que enseña al hombre a ser un Hombre./ El hombre es lo que importa./ El Hombre ahí,/ desnudo bajo la noche y frente al misterio,/ con su tragedia a cuestas,/ con su verdadera tragedia,/ con su única tragedia.../ la que surge, la que se alza cuando preguntamos,/ cuando gritamos al viento./ ¿Quién soy yo?/ Y el viento no responde... Y no responde nadie.// ¿Quién es el Hombre?.../ Tal vez sea Cristo.../ Porque el Cristo no ha muerto.../ León Felipe (1884-1968).
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"Él, Hijo de Dios vivo, habla a los hombres también como Hombre: es su misma vida la que habla, su humanidad, su fidelidad a la verdad, su amor que abarca a todos. Habla además su muerte en la cruz, esto es, la insondable profundidad de su sufrimiento y de su abandono (...) Cristo Redentor revela plenamente el hombre al mismo hombre" (Juan Pablo II, "Redemptor Hominis", (1979) se trata de su primera encíclica como Papa). 


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